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El ISCIII revisa las nuevas formas de difusión del conocimiento científico

 

19 de Julio de 2017.-   Analizar cuáles son los instrumentos disponibles en la actualidad para difundir la investigación en salud, más allá de las tradicionales cabeceras científicas, fue el objeto del curso "Nuevas formas de difusión de la investigación en salud: más allá de las publicaciones científicas clásicas (RRI)", organizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) el 13 y el 14 de julio, dentro de la oferta de los cursos de verano de El Escorial.

El curso, arrancó con la intervención de Antonio Calvo Roy, presidente de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), fue inaugurado por  Margarita Blázquez Herránz, subdirectora general de Redes y Centros de Investigación del ISCIII  y directora del mismo. La secretaria corrió a cargo de Isabel Sastre, miembro dicha subdirección.

El presidente de  la  AECC dedicó su intervención a detallar si la sociedad conoce lo que hacen los científicos en biomedicina y sus resultados. En este sentido, Calvo Roy, manifestó que existe un amplio conocimiento puesto que la información biomédica interesa mucho a la sociedad.

Este experto explicó la importancia que tiene el periodismo especializado en la transmisión de dicha información y que esta especialización no solo conlleva conocimiento de la materia sino también  no olvidar la obligación de contrastar; aprender a ser prudente; a observar con distancia la información y tener una cierta dosis de escepticismo  porque no todo lo que sale de un laboratorio "es una verdad indiscutible"

Tras la intervención del presidente de la AECC, le tocó el turno a la mesa dedicada a  Open Access en la Responsible Research and Innovation (RRI).

Esta mesa, que fue coordinada por Elena Primo, directora de la Biblioteca de Ciencias de la Salud del ISCIII, revisó el papel que juegan las revistas científicas en la difusión del conocimiento; el círculo en que se mueven editores y autores;  los beneficios de las principales editoriales científicas y las posibilidades que Open Access darían para abrir ese círculo que, según  explicó uno de los ponentes, Fernando Fernández-Llimos, editor  jefe de Pharmacy  Practice, se está convirtiendo en "ciencia  cerrada" y con  los mismos intereses económicos que la difusión tradicional.

La mesa contó también con la participación de  Eva Méndez, vicerrectora adjunta de Estrategia y Educación Digital de la Universidad Carlos III de Madrid y con Jorge Alegre, investigador Ramón y Cajal del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)

Redes sociales para llegar a todos

Tras esta ponencia se abordó  el  papel  de  las Redes Sociales y otros canales de comunicación y su uso por parte de los investigadores para lo cual se contó con la participación de Lluis  Montoliú, investigador principal del CIBERER, Débora Álvarez, de la Universidad Complutense y José Antonio Plaza, redactor de Diario Médico. La moderación de la mesa corrió a cargo de  Antonio Calvo Roy.

En su intervención, los participantes expusieron lo que las Redes Sociales suponen tanto para difundir su trabajo, como aumentar su conocimiento o establecer nexos entre afines y todos no solo manifestaron su defensa y utilidad en su trabajo diario.

Al día siguiente, la jornada se  dedicó a revisar el acceso de la sociedad y otros actores a los nuevos dispositivos generaros a partir de la investigación.

Los ponentes de esta mesa, coordinada por Juan Francisco Alcaide, responsable de la  OTRI-UCC del ISCIII, contó las intervenciones de  José Francisco Fernández Lozano, profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Cerámica y Vídeo; Arturo Argüello, subdirector de la OTT del  Sistema de  Salud  Pública de la Fundación Progreso y      Salud de Andalucía y Jorge Alemany, director de la oficina de Madrid de Sherium Biomed.

La innovación abierta

Este último explico el nuevo concepto de innovación abierta, un término propuesto por Henry Chesbrough, director ejecutivo del Center for Open Innovation en la Haas School of Business de la Universidad de California, Berkeley, en el año 2003 que permite a las empresas incorporar los hallazgos externos de una manera fluida y rápida a través de acuerdos público privados.

En concreto Alemany citó a la industria farmacéutica, indicando que los altos costes que suponía poner en el mercado un nuevo fármaco, realmente innovador, les había hecho optar por esta fórmula.

"La innovación en la industria farmacéutica es insostenible. Hace unos años, el descubrimiento de un nuevo fármaco estaba en torno a los 1.000 millones de dólares y, en la actualidad, está entre los 2.000 y los 2.300 millones de dólares"

Esto ha hecho, en palabras de Alemany, que muchas de las grandes compañías farmacéuticas hayan cerrado o tengan previsto hacerlo, sus centros de innovación y estableciendo lazos de colaboración con grupos externos.

"Mediante la innovación abierta – aseguró Alemany-, todos ganan.        La industria farmacéutica puede acceder a más proyectos y productos de mejor calidad y la Academia, consigue que sus proyectos avancen en la cadena de valor, colaborando y accediendo a nuevas fuentes de financiación

La clausura y entrega de diplomas corrió a cargo de Jesús F. Crespo, director del ISCIII, que estuvo   acompañado  de Manuel Alvarez,   director  de  los  cursos  de verano del Escorial y de  la  directora  de  este curso, Margarita Blázquez.

 

 

 

 

 


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