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El Día Mundial sin Tabaco se centra este año en proteger a la juventud de la influencia de la industria

El consumo de tabaco se relaciona con unos 8 millones de fallecimientos cada año en todo el mundo.

Como cada año, este domingo 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y centrado en esta ocasión a proteger a la juventud de la publicidad de la industria y evitar que consuman tabaco y nicotina.

Según recuerda la OMS, el tabaco está relacionado con más de 8 millones de fallecimientos al año en todo el mundo; la mayoría de estas muertes se deben a un consumo directo, pero se estima que más de un millón de personas fallecen como consecuencia de la exposición indirecta al humo de segunda mano. Fumar está vinculado a una mayor incidencia y gravedad de enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cáncer, diabetes…

La juventud está especialmente expuesta a este hábito nocivo para la salud. Según la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias de 2018-2019, el 26,7% de los escolares de 14 a 18 años había consumido tabaco en los últimos 30 días, y el 9,8% fumaba diariamente. Esta frecuencia se ha ido reduciendo desde 1994, pero en los últimos años han irrumpido con fuerza otras formas de consumo, con protagonismo de un gran incremento en el uso de cigarrillos electrónicos (casi uno de cada dos escolares lo ha utilizado alguna vez, según la citada encuesta).

Iñaki Galán, investigador del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del ISCIII, lleva años estudiando la relación entre tabaco y salud, ya que el CNE tiene una línea de investigación especialmente dedicada a ello en el Departamento de Enfermedades Crónicas. Según recuerda, el riesgo de que los cigarrillos electrónicos puedan ser la puerta de entrada al consumo de tabaco convencional, y el incremento de patologías respiratorias y cardiovasculares relacionadas con el uso de estos dispositivos, han puesto en guardia a las autoridades sanitarias para prevenir su utilización.


 

El investigador del Centro Nacional de Epidemiología Iñaki Galán. 

El tabaco causaría cerca de 60.000 fallecidos al año en España

 

Las consecuencias para la salud del consumo de tabaco siguen siendo muy preocupantes. El Centro Nacional de Epidemiología, junto con otras instituciones coordinadas por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), ha participado en un estudio de carga de enfermedad atribuible al tabaquismo en España publicado este año. La investigación estima que en el año 2016 el tabaquismo causó más de 55.000 muertes, una cifra que supone uno de cada siete fallecidos durante ese año.

La industria tabacalera y otras industrias relacionadas utilizan una mercadotecnia ordenada, agresiva y sostenida para atraer a las nuevas generaciones al consumo de sus productos. Entre ellas destacan la introducción de sabores atractivos en productos de tabaco sin humo, como pipas de agua y cigarrillos electrónicos; anuncios y exhibición de productos de tabaco en películas y programas de televisión; promoción de productos a través de redes sociales mediante 'influencers' digitales financiados por la industria; concesión de becas de estudios, etc.

Además, la industria relacionada con los productos de tabaco trata, al defender sus intereses, de generar controversia científica, y la pandemia por COVID-19 no ha sido ajena a ello. Hace unas semanas, un estudio francés publicado sin evaluación externa en forma de 'preprint' planteaba la hipótesis especulativa de que la nicotina podía tener un efecto terapéutico sobre esta enfermedad al disminuir los casos en los que hay inflamación grave. De hecho, la OMS ha advertido de los riesgos que puede tener el consumo de tabaco en relación con la COVID-19; Galán coincide con la OMS en que una de las medidas preventivas más importantes para evitar una grave progresión de la enfermedad es no consumir tabaco.


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​Imagen de la OMS sobre el Día Mundial sin Tabaco 2020.


Tabaco y COVID-19

 

Aunque la evidencia sobre si el tabaco aumenta la probabilidad de infección es aún incierta, sí existe certidumbre de que el consumo de tabaco aumenta la gravedad de la COVID-19, tanto de forma directa por el deterioro en la función pulmonar, como indirectamente, aumentando la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y cáncer.

El daño que ocasiona en el sistema inmunitario y en el aparato respiratorio hace que el fumador sea más vulnerable a sufrir infecciones respiratorias, tanto en sus formas leves como más graves. Por ejemplo,  el consumo de tabaco se relaciona con el doble de riesgo de sufrir neumonía.  Además, fumar aumenta la gravedad de las infecciones respiratorias y ofrece un mayor riesgo de hospitalización e ingreso en UCI en las personas afectadas por la gripe. También hay referencias de epidemias precedentes por otros coronavirus. En el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) el tabaco triplicaba la probabilidad de sufrir esta enfermedad.

Por otro lado, las enormes consecuencias sanitarias y económicas que está provocando la pandemia por Covid-19 están originando un aumento de los trastornos de ansiedad y depresión y una mayor carga de estrés. Todos ellos "son malos aliados del consumo de tabaco", recuerda el investigador del CNE. Aunque todavía no hay datos que permitan valorar cambios en el consumo, Galán considera importante transmitir un mensaje: "Dejar de fumar es una importante medida de prevención para evitar una grave progresión de la enfermedad. En el caso de que se consuma tabaco no debe hacerse en espacios cerrados, especialmente en presencia de menores".

Encuesta del Ministerio de Sanidad


Con motivo del Día Mundial sin Tabaco, el Ministerio de Sanidad, el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) y las comunidades autónomas de La Rioja y Murcia han llevado a cabo una encuesta y han presentado los resultados preliminares, que señalan que un 6,73% de los fumadores ha dejado el hábito tabáquico y un 5,98% ha reducido su consumo durante el confinamiento. 

En la encuesta 'Tabaco, otras formas deconsumo y confinamiento' han participado 17.017 personas. El 13,56% de los fumadores ha indicado además que ha intentado dejar de fumar durante esta etapa, y la mayoría de ellos, el 70,8%, por si solos. Sólo cerca de un 10% está haciéndolo con ayuda de fármacos.
 

- Consulta los resultados preliminares de la encuesta.

Medidas de prevención y control más agresivas

 

En este nuevo Día Mundial, cabe recordar también que las autoridades sanitarias españolas han abierto recientemente las puertas al estudio de nuevas medidas preventivas, en sintonía con las recomendaciones del Convenio Marco de la OMS para el control de tabaco. Entre ellas destacan el empaquetado neutro de las cajetillas de tabaco, la extensión de los espacios sin humo y un aumento del precio del tabaco y de los cigarrillos electrónicos, "una medida especialmente eficaz para prevenir el consumo de tabaco en los jóvenes", señala Galán. 

Estas medidas de control, junto a otras como la equiparación de la regulación de los cigarrillos electrónicos con el tabaco convencional, la prohibición de sabores atractivos en productos de tabaco o la vigilancia de la promoción de productos a través de redes sociales, "serían importantes para que España se sitúe a la cabeza de los países con mayor implantación de medidas de prevención y control del tabaquismo, y conseguir que las próximas generaciones estén libres de tabaco", concluye Galán.