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Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas: nueva hoja de ruta para mejorar su manejo

​Análiis de muestras de una infección tropical en una región de África.


Este sábado se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (NTDs, por sus siglas en inglés), un grupo de veinte enfermedades que afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables de países en desarrollo en regiones tropicales y subtropicales, y que son responsables de una importante carga de mortalidad, discapacidad y estigma. 

Las enfermedades tropicales desatendidas están causadas por virus, bacterias, protozoos, hongos, helmintos y artrópodos. Algunas NTDs asociadas a estos agentes infecciosos son el dengue, la lepra, la enfermedad del sueño, el micetoma, la esquistosomiasis y la sarna; la única enfermedad de este grupo que no es de origen infeccioso es el envenenamiento por mordedura de serpiente. Las estrategias para su control son diversas y dependen tanto de la epidemiología de la enfermedad como de la existencia de diagnósticos, tratamientos u otras medidas de control. Enfermedades como la filariasis linfática o la esquistosomiasis se abordan principalmente mediante el uso masivo de medicamentos, mientras que otras, como la enfermedad de Chagas o la leishmaniasis, requieren un manejo individualizado de casos. 

El ISCIII, igual que hizo el año pasado, se ha sumado a la conmemoración de este día con la celebración esta semana de dos jornadas científicas, coordinadas por María Romay, del Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT), e Israel Cruz, de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), en las que se ha actualizado el abordaje de varias de estas enfermedades y en las que han presentado sus trabajos jóvenes investigadores e investigadoras del Instituto. En las jornadas participaron científicos del CNMT, del Centro Nacional de Microbiología (CNM), del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y de la ENS. 

Israel Cruz, de la Escuela Nacional de Sanidad, habla sobre el Día Mundial, el trabajo del ISCIII y la nueva Hoja de Ruta de la OMS. (vídeo: Ricardo Santamaría-ISCIII).



Las jornadas dieron comienzo el pasado miércoles con la presencia de la doctora María Rebollo (OMS África), que habló sobre el programa de eliminación de NTDs en África, la integración en la nueva hoja de ruta de la OMS y el valor de los programas de NTDs para el control de la COVID-19 en África. Javier Sotillo, científico del CNM, mostró el desarrollo de nuevas técnicas proteómicas en el diagnóstico de infecciones causadas por Schistosoma haematobium. Ana Álvarez, también del CNM, explicó el uso de técnicas serológicas basadas en antígenos recombinantes en los programas de control de la oncocercosis. Finalmente, Thuy-Huong Ta, del CNMT, presentó un estudio sobre la mansonelosis en Guinea Ecuatorial. 

En la segunda sesión, que tuvo lugar el jueves, Lidia Redondo (CNMT) presentó un análisis epidemiológico sobre la sarna en España; Elena Dacal, del IMIENS, explicó el desarrollo de un modelo matemático de úlcera de Buruli para guiar la hoja de ruta para 2030; Ana Humanes y Beatriz Fernández, del CNE, comentaron las novedades en torno a la estimación de casos de leishmaniasis visceral, cutánea y mucocutánea en España; Lorena Bernardo, del CNM, se centró en los tratamientos inmunosupresores en la leishmaniasis visceral; y Narda Medina, también del CNM, en el diagnóstico de histoplasmosis en personas que viven con VIH en Guatemala y su impacto en la reducción de la mortalidad. 

Nuevos objetivos de la OMS


La celebración de estas jornadas coincidió con el lanzamiento el jueves 28 de la Hoja de Ruta 2021-2030 de la OMS para las Enfermedades Tropicales Desatendidas. Entre los objetivos generales de esta nueva Hoja de Ruta están la reducción en un 90% de las personas que necesiten tratamiento para estas infecciones; la eliminación de al menos una NTD en al menos 100 países del mundo; la erradicación de dos de estas enfermedades, la dracunculiasis y el pian; la reducción en un 75% de la pérdida de años de vida ajustados por discapacidad, y la reducción también en un 75% de los fallecimientos de infecciones transmitidas por vectores como el dengue y la leishmaniasis. 

María Romay explica que los Objetivos de Desarrollo Sostenible "sólo pueden ser alcanzados si reducimos el impacto de las Enfermedades Tropicales Desatendidas y, para ello, la hoja de ruta aprobada esta semana propone tres cambios fundamentales: pasar de programas aislados y específicos para cada enfermedad a un abordaje transversal y multisectorial centrado en las necesidades de los pacientes y las comunidades; utilizar indicadores de impacto en la salud pública en vez de proceso; y garantizar una mayor apropiación de los programas por parte de los países que permita a los gobiernos nacionales tomar la iniciativa en la realización de intervenciones".

Así, esta nueva hoja de ruta plantea que la aproximación a las NTDs "no debería ser individual, sino que se debe tratar de tener impacto en más de una enfermedad al mismo tiempo; para lo que propone fomentar la investigación operativa, comunitaria y aplicada para el diseño de acciones eficaces que mejoren la rentabilidad, cobertura y alcance geográfico de los programas, con una estrecha coordinación y una acción multisectorial dentro y fuera de la sanidad, que incluya control de vectores, agua y saneamiento, salud animal y medioambiental, educación…". 

Reforzar los sistemas nacionales de salud para poder garantizar la ejecución de las intervenciones con la infraestructura existente y mejorar el acceso equitativo de los pacientes a la prevención, diagnóstico, tratamiento y apoyo son dos cuestiones que también deben impulsarse. Los objetivos "son ambiciosos y precisan del compromiso de los países, agentes financiadores, empresas farmacéuticas, organizaciones no gubernamentales y, por supuesto, del mundo científico y académico".

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