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Publicado un estudio sobre detección precoz de la infección por SARS-CoV-2 en trabajadores esenciales durante la primera ola

​El coronavirus SARS-CoV-2 en una imagen coloreada lograda con microscopía electrónica.


Un artículo publicado en la revista 'Occupational and Environmental Medicine' revela datos clave del dispositivo de detección precoz de la infección por SARS-CoV-2 en trabajadores esenciales del Ayuntamiento de Madrid durante la primera ola pandémica (marzo-julio de 2020). El dispositivo y el estudio resultante fueron posibles gracias a la colaboración del Centro de Investigación en Sanidad Animal del INIA (CISA-CSIC) y el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).


En marzo de 2020, en las primeras semanas de la pandemia, la expansión de la enfermedad y la dificultad de su detección por la escasez de pruebas diagnósticas disponibles puso en riesgo la prestación de los servicios esenciales del Ayuntamiento de Madrid. Para atajar este problema, se puso en funcionamiento un dispositivo específico que se denominó 'Sistema de Vigilancia de la infección por SARS-CoV-2 en trabajadores esenciales del Ayuntamiento de Madrid'. Su objetivo era detectar de forma precoz la infección en estos trabajadores, proceder a su aislamiento y proceder a sus familias, compañeros de trabajo y a la población a la que prestaban sus servicios. 

Además, la investigación buscaba conocer las inquietudes y los miedos de estos trabajadores municipales, que, a diferencia de la mayoría de los españoles, pasaron el confinamiento trabajando a pie de calle para garantizar la salud, seguridad o movilidad de los madrileños. Este dispositivo, financiado por el Ayuntamiento de Madrid, fue posible gracias al esfuerzo coordinado del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, CSIC), que autorizó y apoyó a su laboratorio de alta seguridad biológica del CISA para la realización de los análisis diagnósticos por PCR en humanos, y al apoyo científico del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. Los dos grupos implicados en el INIA-CISA y en el Centro Nacional de Epidemiología forman parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP)

Conclusiones de la investigación


Entre los principales resultados del estudio se pueden destacar los siguientes:

- Se realizaron pruebas a 30.231 trabajadores, incluyendo a todos los policías, conductores de autobuses, bomberos, y trabajadores del SAMUR y de los servicios funerarios. Del resto de colectivos profesionales se seleccionaron aquellos que continuaron trabajando de forma presencial, incluyendo trabajadores de los servicios de salud pública, servicios sociales, limpieza y Mercamadrid. 

- La tasa de infección (PCR positiva) siguió la misma evolución que la de la enfermedad en la población madrileña, pasando de una prevalencia ajustada de 34,3% en la primera semana estudiada (22-28 de marzo) al 0,3% en la última semana (5-11 de julio). 

- La prevalencia global de infección fue del 3,2%, siendo más alta en los policías (4,4%) y los conductores de autobús (4,2%), mientras que el riesgo más bajo se observó en trabajadores de los servicios funerarios y SAMUR, a pesar de estar en contacto continuo con pacientes con COVID19 y sus cuerpos, probablemente debido al mayor hábito de uso de materiales de protección. 

- En los trabajadores que declaraban haber tenido un contacto estrecho con un caso de COVID19 en el trabajo, el riesgo de infección se multiplicó por 1,4 frente a los que no habían tenido ningún contacto. Si este contacto se había producido en la vida personal, el riesgo se multiplicaba por 2,75. 

- A pesar de la escasez de equipos y material de protección personal en estas primeras semanas de pandemia, los trabajadores declararon una alta frecuencia de uso de estos equipos: 78,7% usaban mascarilla, 86,3% productos desinfectantes y 63,4% guantes. En los trabajadores que los usaban se observó un menor riesgo de infección (un 30% menor para el uso de mascarillas y un 25% para guantes y productos desinfectantes). 

- El estudio arroja interesantes resultados sobre el estado emocional de los trabajadores esenciales en estas semanas tan duras. Tres de cada cuatro estaban dispuestos a aceptar los riesgos asociados a su trabajo, a pesar de que casi el 60% pensaban que éste implicaba un alto riesgo de infectarse. A la mitad de los participantes les preocupaba contagiar el virus a otras personas y uno de cada cuatro creía que su familia estaba preocupada porque les pudieran contagiar a causa de su trabajo. También era frecuente sentir miedo de caer enfermo (23%) y sentir que tenían poco control sobre la posibilidad de infectarse (18%). 

- El 31,5% de los participantes decían tener mucho estrés en el trabajo, especialmente los servicios sociales y los servicios funerarios, en los que este porcentaje se multiplica por 2,5. A pesar de todos estos datos, solo el 2% de los trabajadores pensó en dejar su trabajo a causa del coronavirus. 


Desde el principio de la pandemia se investigó sobre el riesgo de los trabajadores sanitarios, sin embargo, estos resultados muestran que otros trabajadores esenciales, que continuaron ejerciendo su trabajo presencialmente durante los periodos de confinamiento, estuvieron igualmente expuestos a un mayor riesgo de infección. Por lo tanto, detectar precozmente la infección en estos colectivos fue muy importante para reducir el riesgo de exposición al virus durante el periodo más duro de la epidemia en Madrid. Los trabajadores esenciales necesitaron información y equipos de protección para disminuir su riesgo de infección, pero también apoyo psicológico para gestionar el estrés y la ansiedad asociada a su trabajo en estas épocas especialmente duras.