Este lunes se ha inaugurado el
Máster en Salud Pública 2020-2021 de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, que celebra una nueva edición con el mismo objetivo general que las anteriores: proporcionar al alumnado los conocimientos, competencias, habilidades y actitudes que se precisan para ejercer con aptitud la práctica profesional de la salud pública en sus áreas principales de conocimiento.
En esta edición hay 61 estudiantes, procedentes de casi todas las comunidades autónomas. La dirección del máster corresponde al investigador de la Escuela Nacional de Sanidad Miguel Ángel Royo Bordonada, que ha participado este lunes en la inauguración en línea junto a Emilia Sánchez Chamorro, subdirectora del ISCIII y directora de la ENS; Cristina Fraga, de la Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud del ISCIII, y el epidemiólogo Andreu Segura, que ha ofrecido la conferencia 'Ética y salud pública, una historia compartida: a propósito de la COVID-19'.
A lo largo de los próximos diez meses, los estudiantes recibirán formación para entender la salud desde una perspectiva poblacional, atendiendo a sus determinantes individuales, sociales y ambientales; identificar las necesidades de salud de la población, y mejorarla mediante el diseño de políticas y de intervenciones individuales y colectivas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
Más concretamente, el temario aportará conocimientos y habilidades para intervenir en situaciones de alerta y emergencia de salud pública; promover la estrategia de salud en todas las políticas; elaborar guías y protocolos de prevención de enfermedades y promoción de la salud; proteger la salud de la población de los riesgos alimentarios, laborales y medioambientales; diseñar estudios de investigación epidemiológica y de salud pública para la generación de conocimiento sobre determinantes de salud e intervenciones preventivas; coordinar equipos de trabajo interdisciplinares y multisectoriales; promover la participación ciudadana en el proceso de definición y justificación de políticas y programas de salud pública, y contribuir a la toma de decisiones mediante la integración de pruebas científicas sobre la efectividad de las intervenciones, la información de costes y recursos disponibles y el análisis de los valores sociales dominantes, entre otras cuestiones.
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